lunes, 30 de septiembre de 2013

Sin voz

Giovanni, Casa de Neruda en Valparaiso, 2012


Sigo esperando el rugido de tu garganta
cada noche,
aquellas palabras que son magia a mis sentidos,
entre estallidos de ocre y gaviotas
que naveguen mi horizonte alerta,
y todos los temores sean fantasmas
sin voz
y el camino de retorno se pavimente de ilusión;
hasta la puerta misma de tu piel sonora...
pero sé esperar,
en aquella musicalidad de tu ojos,
la sombra misma
del destino que se abre en susurro
cuando me fija;
prados que brillan insoportables
bajo el golpeteo intenso
de la realidad,
fuerte luminosidad o el crujido de mi sangre.
Tal vez soy un vagabundo de este invierno sin ecos,
amor de silbidos y acordes lejanos,
y para saber nos tocamos entre zumbidos
y versos;
el mismo acústico beso que nos dedicamos...
...y escribimos de lo nuestro,
nos rendimos en la transparencia de la lluvia...
hacemos de la flor un murmullo,
y ya sabes
que siempre grito este amor,
aunque nadie escuche mi voz callada
cuando te hablo...



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